2.3.23

Irene Montero: EL MACHISMO COMO MULETILLA

 

Seis meses de discursos analizados.

La oratoria de Irene Montero es un ejemplo típico de la baja calidad, la escasez de recursos dialécticos y la vacuidad del discurso político. La señora Montero se limita a usar el latiguillo fácil de calificar como “machista”, “antifeminista”, a cualquiera que se oponga a sus designios o propuestas de ley, y a exagerar y distorsionar la realidad de manera rocambolesca.

La muletilla aparece en los ejemplos de falacias de falsa dicotomía y ataque personal que utiliza para descalificar a la oposición, especialmente en temas relacionados con el feminismo y los derechos de las mujeres.

En sus discursos, Irene Montero ha utilizado varias estratagemas de Schopenhauer, en particular, la falacia de la pendiente resbaladiza y la falacia ad hominem. En la falacia de la pendiente resbaladiza, el orador argumenta que, si se permite que suceda una cosa, entonces inevitablemente conducirá a una serie de consecuencias no deseadas y negativas. En sus discursos, Irene Montero ha argumentado que si se permite que ciertas políticas se implementen, se producirán consecuencias terribles y peligrosas.

Por ejemplo, durante un debate sobre la aprobación de una ley de protección de menores, Irene Montero argumentó que "si se permite que esta ley se apruebe, entonces se permitirá que la violencia de género continúe". Esta es una clara falacia de la pendiente resbaladiza, ya que no hay una conexión lógica entre la aprobación de una ley de protección de menores y la siguiente de la violencia de género.

Además, Irene Montero ha utilizado la falacia ad hominem en sus discursos, que implica atacar al oponente en lugar de refutar sus argumentos. En una sesión parlamentaria, Irene Montero acusó al líder del principal partido de la oposición de ser "sexista y misógino", en lugar de abordar los argumentos políticos que había presentado.

Otro ejemplo de falacia ad hominem se puede encontrar en un discurso en el que Irene Montero afirmó que el líder del principal partido de la oposición era "un hombre rico que no comprende los problemas de la gente común". Esta frase no tiene nada que ver con los argumentos que se estaban discutiendo en el Congreso, y es una clara estratagema de Schopenhauer diseñada para desacreditar al oponente sin abordar sus argumentos.

 Irene Montero, la actual ministra de Igualdad de España, ha utilizado varias estratagemas de Schopenhauer en sus discursos en el Congreso de los Diputados.

La falacia de argumento ad hominem: En varias ocasiones, Irene Montero ha atacado a los opositores políticos personalmente en lugar de refutar sus argumentos. Por ejemplo, en una sesión en el Congreso en 2020, criticó a la oposición por ser "machista" y "antifeminista" en lugar de refutar en los argumentos que se presentaron.

 La falacia de la pendiente resbaladiza: En algunos discursos, Montero ha utilizado el miedo y la exageración para justificar sus propias políticas y desacreditar las de sus opositores. Por ejemplo, en un debate sobre la Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia, argumentó que no aprobarla llevaría a un aumento de la violencia y el maltrato infantil.

 La falacia de la generalización apresurada: En ocasiones, Irene Montero ha utilizado la generalización exagerada para desacreditar a sus oponentes y presentar sus propias opiniones como la única opción viable. Por ejemplo, en un discurso sobre la educación en 2021, afirmó que "la derecha quiere volver a la educación franquista" sin presentar pruebas concretas.

 Falacia de la pendiente resbaladiza: Esta falacia se refiere a que una acción inevitablemente llevará a una serie de consecuencias negativas, sin ofrecer una prueba concreta. En un discurso en el Congreso, Irene Montero afirmó que el partido de la oposición estaba tratando de "derogar los derechos y libertades de las mujeres", sin proporcionar una justificación clara o evidencia para apoyar su sustentada.

 Falacia ad hominem: Esta falacia se refiere a atacar al oponente en lugar de su argumento. En un discurso en el Congreso, Irene Montero acusó al líder de la oposición de ser un "machista y misógino" en lugar de abordar directamente el tema en discusión.

 Falacia de falsa dicotomía: Esta falacia se refiere a la presentación de sólo dos opciones posibles, cuando en realidad hay más. En un discurso en el Congreso, Irene Montero afirmó que "no hay opción intermedia" en la lucha contra la violencia de género, lo que sugiere que sólo hay dos opciones: estar a favor o en contra de la lucha.

 Falacia de la generalización acelerada: Esta falacia se refiere a sacar una conclusión general de una muestra limitada de datos. En un discurso en el Congreso, Irene Montero sacó datos sobre la brecha salarial de género en España para afirmar que la discriminación de género es un problema generalizado en todo el país, sin tener en cuenta otros factores que pueden afectar a la brecha salarial, como la educación y la experiencia laboral.

 La falacia ad hominem es una de las estratagemas de Schopenhauer de las que abusa Irene Montero para desacreditar a sus opositores políticos. Aquí les presento algunos ejemplos:



Durante un debate sobre la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy en 2018, Irene Montero acusó al líder del Partido Popular de "no tener la valentía" de enfrentarse a ella en el debate.

 En otro discurso en el Congreso en 2020, Irene Montero atacó a los partidos de la oposición por ser "machistas" y "fascistas". Esta falacia ad hominem intenta desacreditar a los oponentes en lugar de argumentar contra sus ideas.

 Durante un debate sobre la ley de libertad sexual en 2021, Irene Montero acusó a los partidos de la oposición de estar en contra de las mujeres y los derechos humanos. Esta falacia ad hominem intenta desacreditar a los oponentes en lugar de argumentar contra sus ideas.

Podemos mencionar su intervención en el debate sobre la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy en 2018, donde acusó a la oposición de tener una actitud machista y de no apoyar a las mujeres.

Otro ejemplo se puede encontrar en su discurso durante el debate sobre la Ley de Protección Integral de la Libertad Sexual en 2021, donde acusó a la oposición de ser cómplice de la violencia machista al no apoyar la ley.

En otro debate en el Congreso, Irene Montero acusó a la oposición de no preocuparse por los derechos de las mujeres y los colectivos LGTBI.

En otro discurso en el Congreso, Irene Montero acusó al Partido Popular de no estar a favor de la igualdad de género y de ser un partido machista.

Por último, podemos destacar su intervención en el debate sobre la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación en 2019, donde acusó a la oposición de no apoyar la igualdad y la justicia social.

En resumen, estos son algunos ejemplos del uso de la falacia ad hominem por parte de Irene Montero en sus discursos en el Congreso de los Diputados. El uso de estas estratagemas no contribuye a un debate constructivo y respetuoso, y afecta negativamente la calidad de la discusión política.

 En un discurso en el que se debatía sobre la reforma laboral, Montero atacó directamente a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en lugar de entrar en el contenido del debate. Montero dijo: "Es triste ver cómo la ministra de Trabajo se dedica a aplaudir medidas que precarizan aún más el empleo en nuestro país".

 Falacia de la falsa dicotomía: En otro discurso en el que se debatía sobre el aborto, Montero sacó una falacia de la falsa dicotomía al presentar la cuestión como una elección entre el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo o la imposición de la religión en la sociedad. Montero dijo: "O defendemos el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo o permitimos que la religión imponga sus dogmas en nuestra sociedad".

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