10.11.11

Llegó la hora de hablar claro

Es hora de hablar claro. Muchos de los más de cinco millones de parados que hay en España tienen un porvenir laboral difícil en los próximos cinco años. La recuperación del empleo llevará su tiempo. Con el déficit actual del Estado, las administraciones públicas no podrán absorber nunca esa mano de obra y tendrán incluso que reajustar sus plantillas a la baja. El sector privado tardará en recuperarse de la escabechina que ha sufrido en los últimos años.

Es obvio que los servicios sociales tendrán que encargarse de aliviar la carga de muchas familias de parados en los próximos tiempos. Esos presupuestos no pueden ajustarse. Al igual que los de salud y educación. Pero es casi una obviedad decirle a los jóvenes y a los parados de más de 45 años que el sueño de ser funcionario, con trabajo fijo y jubilación segura se ha esfumado. La emigración tampoco es la salida. Me parece criminal la campaña que desde algunos sectores se ha desplegado para invitar a los jóvenes a que emigren. ¿A dónde emigrar en un mundo en crisis? ¿Por qué hacerlo más difícil alejándose de la familia en estos momentos tan duros? ¿Por qué renunciar a desarrollar tu vida en tu propio país y rodeado de los tuyos? ¿Es que vamos a repetir la trágica experiencia española de la emigración durante el siglo XX? Como hijo de emigrantes maldigo desde aquí a los que incitan a la juventud a que se marche.

Lo que esperamos del nuevo gobierno que se implantará en España es que cambie el marco para que la actividad emprendedora se pueda desenvolver con una regular posibilidad de éxito. Esperamos que el nuevo gobierno deje de vampirizar la liquidez de bancos y cajas financiando su déficit y canalice una parte de esos recursos hacia la iniciativa emprendedora y a sostener los servicios sociales en esta etapa de urgencia. Esperamos que los fondos de formación se dirijan a dotar a esos emprendedores de las nuevas capacidades que necesitan para desarrollar con las herramientas adecuadas su actividad y se acaben las corruptelas y el clientelismo en esa área clave.

Y todos tenemos que reajustar nuestras expectativas. La creatividad, el esfuerzo y la iniciativa son las claves para salir de la crisis. Junto a la solidaridad y el apoyo de las administraciones públicas. Tardará tiempo y será duro. Lo individual y lo colectivo tendrán que engarzarse y multiplicar los resultados. No es tiempo del ¡sálvese quien pueda! o la lucha corporativa para mantener los privilegios. Me gustaría escuchar en la campaña electoral  un mensaje más claro, menos demágogico y más motivador. Lo que necesitamos oír son planes de gobierno concretos, no proclamas ideológicas o programáticas para mantener clientes electorales.

Los potenciales emprendedores deben prepararse, adquirir las herramientas adecuadas, apoyarse en las asesorías que hoy existen para llevar su propuesta por buen camino. Hay que aprender cosas nuevas y dejar de llorar. Como le decía Churchill al pueblo británico en su famosa alocución de 1940: sólo puedo prometer  sudor, lágrimas y sangre...El resto es pura demagogia barata.

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