2.6.07

Hembrismo, sumidero de desdicha


La degeneración
del feminismo


Comentamos hoy el libro El hembrismo: sumidero de la desdicha, escrito por Pablo Mirrell, un seudónimo colectivo que agrupa a los integrantes de la Asociación Granadina de Padres y Madres Separados. Allí se define al hembrismo, como una nueva actitud vital de algunas mujeres que se define a través de varias características poco halagüeñas:


  • a) cinismo sin límites, rasgo primordial de las hembristas, que nunca están dispuestas a reconocer un error;

  • b) resentimiento, característica asociada a la propia conciencia de la mezquindad de los planteamientos hembristas;

  • c) agresividad: las hembristas son polemistas, buscan la confrontación a toda costa y mantienen una actitud de acusación continua;

  • d) falta de escrúpulos y disposición para destruir los cimientos de cualquier relación sin valorar las consecuencias del desastre (por ejemplo, para los hijos), o para apuntarse a la nueva moda de la maternidad en solitario, sin importarles la semiorfandad del hijo;

  • d) despotismo, propio de personas convencidas de que siempre tienen razón mientras que todos los demás están equivocados;

  • e) feminismo a ultranza, plasmado en expresiones como "mi cuerpo es mío", "tengo derecho a realizarme", "el hombre nos oprime", etc.
Por supuesto, el hembrismo no es una actitud exclusivamente femenina, sino que también son frecuentes los varones que adoptan posiciones hembristas radicales y que se pondrán siempre del lado de la mujer, tenga o no razón, porque es la moda o, tal vez, como forma de sublimar su machismo latente: a fin de cuentas, los extremismos siempre acaban por darse la mano.

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