28.2.23

Schopenhauer pilló los trucos de los trileros políticos, pero la sociedad sigue picando el anzuelo

 

El discurso político en España y en muchos países del mundo se basa en gran medida en la manipulación y el engaño.  El uso de argumentos falsos, tergiversar la información o insultar a los oponentes para ganar discusiones o imponer relatos interesados, son la moneda corriente en los debates parlamentarios, las comparecencias de prensa y la comunicación política en general. En una sociedad donde la honestidad y la transparencia deberían ser cada vez más valoradas, estas técnicas son inaceptables.


Y en época electoral, estás técnicas sólo llevan a la polarización política y al estancamiento de cosmovisiones ya totalmente superadas por la realidad.


Fue Arthur Schopenhauer quien compiló en el siglo XIX las 38 estratagemas para ganar debates a cualquier precio. Arthur Schopenhauer fue un filósofo alemán del siglo XIX conocido por su filosofía pesimista y su influencia en pensadores posteriores como Friedrich Nietzsche y Sigmund Freud. En su obra "Eristische Dialektik", Schopenhauer expone sus estratagemas para tener siempre la razón.


Según Schopenhauer, la dialéctica erística es el arte de disputar y discutir de manera que se gana la discusión, no a través de la razón y la verdad, sino por medio de la habilidad para confundir al adversario, sofismas, falacias y argumentos aparentemente lógicos pero que no lo son. Es decir, la dialéctica erística busca vencer al oponente a toda costa, incluso si eso implica utilizar argumentos falsos o engañosos.


Para Schopenhauer, las estratagemas erísticas se pueden dividir en cuatro categorías principales:


Las falacias: Son argumentos que parecen sólidos y convincentes, pero que en realidad son falsos o engañosos. Por ejemplo, la falacia ad hominem, que consiste en atacar a la persona en vez de sus argumentos.


La distorsión de la verdad: Aquí se incluyen las estratagemas que utilizan la verdad de forma engañosa o parcial, como la generalización indebida, en la que se saca una conclusión general a partir de un caso particular.


La creación de apariencias: Estas estratagemas se centran en la forma en que se presentan los argumentos y no en su contenido, por ejemplo, el uso de un tono convincente o la manipulación de las emociones.


La confusión: Estas estratagemas buscan confundir al oponente y hacer que perder el hilo del argumento. Por ejemplo, la falacia del hombre de paja, que consiste en atacar una versión distorsionada del argumento del oponente en vez de su verdadero argumento.


En su obra "El arte de tener siempre la razón", Schopenhauer describe 38 estratagemas o trucos retóricos que pueden usarse para ganar argumentos, incluso si uno no tiene razón. Según Schopenhauer, el objetivo de estos trucos es "hacer que el adversario parezca equivocado, incluso si tiene razón". El filósofo creía que muchas personas están más preocupadas por ganar discusiones que por llegar a la verdad, y que estas estratagemas son útiles para lograr ese objetivo.


Schopenhauer descubrió estas estratagemas a través de su estudio de la retórica clásica y la filosofía antigua. También analizó sus propias experiencias en discusiones y debates para identificar patrones en las tácticas utilizadas por aquellos que intentaban ganar argumentos.


Schopenhauer creía que al conocer estas estratagemas, uno podía evitar caer en ellas y también reconocerlas en otros. Al comprender cómo se utilizan estos trucos, uno puede ser más crítico y riguroso en su pensamiento y razonamiento, y llegar a conclusiones más cercanas a la verdad.


En conclusión, Schopenhauer considera que la dialéctica erística es una práctica peligrosa y deshonesta, y que su objetivo no es buscar la verdad sino vencer al oponente. Por lo tanto, según él, es importante conocer estas estratagemas para poder reconocerlas y evitar caer en ellas.


El que mejor usa los trucos de Schopenhauer para engañar a la sociedad es el presidente de gobierno Pedro Sánchez. Pero Feijóo y hasta Abascal usan y abusan de estos recursos de trileros que son el reflejo del bajo nivel cultural de lo cargos público y de la sociedad que cae una y otra vez en sus trampas.


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