9.1.12

Carmen Chacón y el pack aristotélico



Por Ramón Maceiras López
Después de haber pasado media vida leyendo, analizando y practicando todo lo que merece la pena leer, analizar y poner en práctica sobre el arte de la palabra en occidente -desde Sócrates hasta hoy- , he condensado todo ese saber milenario en lo que yo llamo el “pack aristotélico”. Aunque incursioné también en la retórica oriental -que más que dice, sugiere, y procura que la mente vuele y se “ilumine”-, la experiencia me ha convencido de que este occidente consumista, individualista y materialista es, de momento, refractario a tales sutilezas del espíritu. No obstante, en los tiempos de cambio que vivimos nunca se puede decir “de esta agua no beberé”.

El “pack aristotélico” es contundente por su sencillez, elegancia, profundidad y sentido práctico. Cuando se maneja con destreza, permite sacar conclusiones inmediatas sobre la estrategia, posibilidades, calidad y perspectiva de cualquier orador, sea cual sea la actividad a la que dedique el arte de la palabra. Hoy lo uso con visión transdisciplinaria. La retórica es hoy mucho más que el arte de la palabra.

En su Retórica, Aristóteles recoge las enseñanza de Sócrates, esparcidas magistralmente en los Diálogos, de Platón, y resume todo el problema en tres conceptos: ethos, pathos, logos. En un libro de próxima aparición me explayo largamente sobre el asunto. Sin embargo, en esta nota lo explicaré en términos actuales: credibilidad, puesta en escena y argumentos son hoy el equivalente de ethos, pathos, logos. A esa conclusión he llegado después de más de 1.500 horas como instructor de cursos de oratoria en varios países y luego de haber formado a políticos, empresarios, vendedores, sindicalistas y coachs, en las dos riberas del Atlántico.

Leyendo sobre la señora Carmen Chacón, quien viene de lanzar su candidatura a la secretaría general de PSOE, una deformación profesional me llevó inmediatamente al “pack aristotélico”, primer filtro -aunque no el único- que utilizo para calibrar cualquier tipo de marketing, en este caso, electoral.

Ver, escuchar y sentir -percibir, en fin-, son los otros filtros. Pero de eso hablaremos en otra nota. El ethos trata de quién eres tú, tus características, tu experiencia, experticia y atributos y, sobre todo, trata de cómo te perciben los demás. El pathos nos dirige a los elementos dramáticos que te rodean, tu puesta en escena, tu expresión corporal o no verbal, al uso del espacio y al contexto global. El logos es simplemente y llanamente tu argumentario, tus razones. Los tres elementos son uno. Los tres están relacionados. Son los tres pilares de un mix de marketing, electoral en este caso.

En el caso de la señora Chacón, descubrí rápidamente que ha puesto el acento en el pathos. Ya que en el argumentario -el logos- poco la diferencia del señor Rubalcaba. Los dos se han empeñado después de la debacle electoral del PSOE el 20-N en convencer a tirios y troyanos de que ellos son muy de izquierda y que tenían serias diferencias con el presidente Zapatero en la conducción de la crisis económica. En esa materia el señor Rubalcaba lleva ventaja. Tuvo toda una campaña electoral para intentar -eso sí, inútilmente- distanciarse del pasado gobierno. La señora Chacón nos filtra ahora, por boca de periodistas amigos, que tuvo profundas diferencias con la vicepresidenta económica, la señora Salgado, y nos dice que atosigaba al antiguo inquilino de La Moncloa con escritos en los que expresaba sus posiciones disidentes en política económica.

En cuanto al ethos, la señora Chacón exhibe su condición de mujer, su feminismo y su juventud. Y alude a una vaga, lejana y, probablemente difusa, relación de mentoría (“la niña de Felipe”) por parte del mítico Felipe González, todo un icono para los socialistas españoles. En esto último, sólo intenta igualarse con Rubalcaba, ya que para nadie es un secreto la estrecha relación entre este último con el ex presidente González. Por razones obvias, la señora Chacón no puede llevar la disputa a un cuerpo a cuerpo en el terreno del ethos con Rubalcaba. Y por eso se centra en los aspectos que puede destacar: juventud y atractivo, feminismo y un difuso aire renovador.

En el cálculo previo, la señora Chacón ha analizado muy bien que sus posibilidades en la contienda pasan hoy por centrarse en la puesta en escena, en el pathos. Uso del espacio (Andalucía, lugar de su infancia y hogar de su abuela); identidad española y multicultural (se quita de encima de una tacada el estigma de ser muy catalana, al exhibir sus orígenes andaluces y aragoneses y rompe uno de los argumentos en su contra de Rubalcaba); exhibición de su personalidad emotiva, histriónica, frente a la sobriedad profesoral de Rubalcaba; verbo inflamado, tono exultante, voz quebrada en estudiados momentos emotivos. Es este el único terreno en el que le lleva ventaja a Rubalcaba. Aunque también hay que decir que esa puesta en escena, aunque funciona muy bien en la efervescente Andalucía, puede ser contraproducente en las otras Españas, donde como la señora Chacón dice muy bien, se habla y se siente con “otros acentos”.

Por su parte, el señor Rubalcaba ha escogido dar la batalla en el terreno del ethos. Toda su campaña se basa en su persona, sus atributos, su experiencia, etc. Lo hizo también en la campaña electoral contra Rajoy y perdió. A eso se le llama personalizar la campaña. Ya analizamos esto en otra nota en este blog. Sin embargo, en la batalla interna del PSOE esa estrategia puede ser más efectiva.

Podría tirar más del hilo. Pero considero que esta breve exposición da una idea clara del potencial analítico y práctico que tiene el “pack aristotélico”. En el curso de oratoria que impartiremos en Zaragoza -de la mano de Aracoach- en el próximo mes de febrero, profundizaremos en esta eficaz y sencilla herramienta de trabajo. También comienza el cambio en la teoría y la práctica de los cursos de oratoria en España.



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