23.12.23

POR UNA NAVIDAD CON SENTIDO VITAL




La misión de la liturgia navideña y su simbología era la de dar sentido a la vida de los hombres y mujeres en el pasado. Dotaba su vida de una perspectiva y una finalidad que iba más allá de su limitada existencia. Les daba un amplio espacio para el desenvolvimiento de la personalidad y les permitía una vida plena de verdaderas personas.


Esa sensación de que la existencia tiene un significado más amplio es lo que eleva a las personas más allá del mero ganar y gastar. Si el hombre carece de esa sensación, se siente perdido y desgraciado. O como decimos hoy: se siente ansioso, deprimido y confuso.

 
Porque desde siempre sabemos que el hombre necesita ideas y convicciones generales que le den sentido a su vida y le permitan encontrar un lugar en el universo.
 
Podemos soportar las mayores penalidades si estamos convencidos de que sirven para algo. Y nos sentimos aniquilados cuando, en el colmo de las desgracias, pensamos que nuestra vida no tiene ningún sentido o somos presa como ahora del nihilismo de nuestros tiempos.
 
Aunque siempre anhelamos volver a la mítica Edad de Oro o al Paraíso donde todo se provee en abundancia y un dios o político poderoso, grande, justo y sabio gobierna el jardín de infancia de la humanidad, la realidad es muy distinta.
 
La vida del hombre es un campo de batalla. Siempre lo fue y siempre lo será. Y si no fuera así, la existencia llegaría a su fin.
 
La Navidad proporcionaba inmunidad psíquica y mental frente a las adversidades de la vida. Inmunidad que ha perdido el hombre de nuestros tiempos, que se siente impotente, vencido, temeroso de un futuro incierto y prisionero de una vida sin sentido.
 
El nacimiento del niño sol preparaba la psiquis y la mente para el siguiente ciclo vital, marcado por las estaciones. Fijaba los objetivos a lograr, alineaban los niveles neurológicos, dotaban la vida de las gentes de dirección y sentido... y eran la mejor prevención contra la ansiedad y la depresión.

Volver a darle sentido a la Navidad es bueno para nosotros y para el mundo.

Feliz Navidad

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