19.6.07

¿Autoestima o narcisismo?




¿Autoestima
o Narcisismo?


El caso es que con estas bases teóricas, más o menos contrastadas, llegamos hoy a la idea de la autoestima como causa y no como consecuencia de los resultados de un determinado comportamiento.

Sin embargo, en el mundo académico, el mundo de la psiquiatría y la psicología, la pedagogía, etc, el debate sigue abierto. La definición del término autoestima es asunto que divide más que une. No obstante, lo que está en la calle es lo que en realidad indica mejor cuál es el concepto que se está imponiendo en la práctica.
Si usted le pregunta a su mujer, su amigo, su vecino, su colega de trabajo, qué es la autoestima, probablemente escuche respuestas como estas: aceptarse, quererse a sí mismo, hacerse respetar, perdonarse, estar bien con uno mismo, estar orgulloso de sí mismo, manera en que nos vemos a nosotros mismos, etc, etc, etc.

El concepto está siendo cargado culturalmente en los ámbitos populares de una determinada manera. Los conceptos son, de alguna forma, como los teléfonos móviles con tarjeta prepagada. Usted los puede cargar con 100 euros o con 50 euros. En un caso durarán más y en el otro menos. Como construcción subjetiva de la mente, un concepto puede cargarse pobremente o puede cargarse con mucha potencia. Trabajar con un concepto cargado pobremente nos dará pobres resultados. Parece no haber duda de que lo que creemos sobre nosotros mismos, sobre el mundo y sobre los demás condiciona nuestra acción sobre el entorno, pero no garantiza resultados. Nuestras creencias crean resultados sólo porque dirigen nuestros actos, porque actuamos de una determinada manera.

Lo mismo sucede con el concepto autoestima y lo que creemos sobre él. La publicidad comercial nos dice que podemos comprar autoestima. Si tengo determinada marca de coche, me visto con la ropa de tal tienda o tal marca, si voy a determinados lugares de moda, si me muevo en determinados círculos sociales, si tengo una figura esbelta según marcan los cánones culturales de belleza, si trabajo en tal empresa, tendré lo que se llama “alta autoestima”. Cargada de esa manera, la autoestima se puede comprar. Si usted dispone del dinero suficiente y considera la autoestima de esa manera, usted rápidamente puede resolver su problema de la autoestima.

Lamentablemente, ésta es la percepción más corriente y más extendida de la autoestima. A la que se añade la perniciosa autoglorificación del ego extendida en lo últimos años por la cultura New Age, cierta psicología hiperindividualista y ciertos gurús mediáticos que le resuelven a usted su problema de autoestima en un cursillo de fin de semana…eso sí, pagando…Mientras más caro sea el cursillo obtendremos más autoestima, ya que como es sabido los cursillos baratos por lo general proveen de baja autoestima.

16.6.07



¿Autoestima
o narcisismo? (I)

Etimológicamente, autoestima viene de estimar. Estimar en el sentido literal de medir, evaluar la dimensión, el peso, la medida, el tamaño, etc. Con el prefijo auto (propio o por uno mismo), la autoestima no es otra cosa más que la evaluación, estimación, que hacemos de nosotros mismos. Viene a ser como el conócete a ti mismo de los griegos y de todas las grandes tradiciones espirituales.

Una alta autoestima implicaría entonces, por definición, una justa evaluación de uno mismo. Alta autoestima no es creer que soy lo que no soy o que puedo lograr cosas que no están a mi alcance todavía. Una alta autoestima responde a la gran pregunta ¿quién soy yo? Tal vez la pregunta más importante del mundo. Una justa estimación de nosotros mismos revela nuestras luces y sombras, nuestras capacidades y carencias, nuestra concepción del mundo, de los otros, de la vida, hacia dónde vamos o queremos ir, nuestra misión, etc.

La autoestima es saber quién soy. Luego decidiré qué hago con ello. Si lo cambio o no. La autoestima es el camino del autoconocimiento, no el camino del autoengaño y la ilusión. Si soy gordito, poco atractivo según el cánon , moreno y bajito, de nada me sirve creerme como Brad Pitt. Eso un es un delirio banal que sólo me produce frustración cada vez que me miro en el espejo.

15.6.07

Naturaleza humana

Naturaleza humana

En estos días en los que se produce la investidura de los alcaldes españoles y se instalan las corporaciones municipales, tal vez sea conveniente releer esta historia sobre la naturaleza humana:

En una pequeña ciudad, un periodista estaba haciendo una encuesta acerca de lo que la gente pensaba del alcalde.
«Es un mentiroso y un tramposo», respondió el empleado de la gasolinera.
«Es un asno pomposo», contestó el maestro de la escuela.
«Jamás en mi vida he votado por él», declaró el farmacéutico.
«Es el político más corrupto que he visto en mi vida», dijo el barbero.

Cuando, finalmente, el periodista se encontró con el alcalde, le preguntó qué sueldo cobraba por su cargo.
«¡Cielos, si yo no recibo sueldo alguno!», le dijo el alcalde.
«Entonces, ¿por qué aceptó el cargo?»
«Por el honor que supone.»

11.6.07

Soñar despierto como terapia



"Chuang Tzu soño que era una mariposa y no sabía al despertar si era Tzu que había soñado que era una mariposa, o una mariposa que ahora soñaba ser Tzu."

Chuang Tzu


¿Qué misterios se nos revelan a través de los sueños? Qué de los secretos que se esconden en los sonidos del silencio interior...Podemos estar deprimidos, sentirnos vacíos o sin rumbo, podemos haber perdido nuestra capacidad de crear y disfrutar de este mundo. Es verdad que hay otros mundos...pero están en este mundo: nosotros.

El Sueño Despierto o Sueño Vigil Dirigido es el nombre de un procedimiento utilizado para revertir distintos tipos de neurosis, alteraciones psicosomáticas y trastornos de sexualidad. Es una terapia breve, próxima a la hipnosis, y busca que las personas expresen contenidos inconscientes con la finalidad de elaborarlos y revertir síntomas o conductas que afectan su vida o la de su entorno.

Fue creado por el francés Robert Desoille, ingeniero de profesión (1890-1966) alrededor de 1940 basándose en los trabajos de un ocultista, Eugen Casalant. (Para Casalant la experiencia vivida durante los sueños despiertos eran la representación de un universo oculto accesible al hombre). Tomando la idea del trabajo mediante la imaginación fue desarrollando el método. Al principio vinculándolo teóricamente con conceptos freudianos, luego con concepciones jungueanas y en su último libro, buscando fundamentos neurofisiológicos de la técnica, lo relacionó con hallazgos de la escuela pavloviana.

7.6.07

La droga del amor


Seguimos reflexionando sobre amor, apego y deseo. Leamos este pasaje de Anthony de Mello, en Autoliberación interior:

El amor es la única necesidad que tiene el ser humano. Amar y ser él mis­mo. La sexualidad no es amor. El amor dice: "No soy yo quien te amo, sino que es el amor el que está aquí, es mi esen­cia, y no puedo menos que amar." Eso surge libremente cuando estás despier­to y se han caído tus programaciones.

Cuando comprendes que eres felici­dad no tienes que hacer nada. Sólo de­jar caer las ilusiones. El apego se fo­menta porque tú te haces la ilusión (porque así te lo han predicado y lo has leído en mucha literatura barata) de que tienes que conseguir la felicidad bus­cándola fuera; y esto hace que desees agarrarte a las personas que crees te producen felicidad, por miedo a perder­las. Pero como esto no es así, en cuan­to te fallan, o crees que te fallan, vie­nen la infelicidad, la desilusión y la an­gustia.

La aprobación, el éxito, la alaban­za, la valoración, son las drogas con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas siempre, el sufrimiento es terrible. Lo importan­te es desengancharse, despertando, para ver que todo ha sido una ilusión. La única solución es dejar la droga, pero tendrás los síntomas de la absti­nencia. ¿Cómo vivir sin algo que era para ti tan especial? ¿Cómo pasarte sin el aplauso y la aceptación? Es un proceso de sustracción, de despren­derte de esas mentiras. Arrancar esto es como arrancarte de las garras de la sociedad.
Habías llegado a un estado grave de incapacidad de amar, porque era imposible que vieras a las personas tal como son.

Si quieres volver a amar, tendrás que aprender a ver a las personas y las cosas tal como son. Empezando por ti. Para amar a las personas has de abandonar la necesidad de ellas y de su aprobación. Te basta con tu aceptación. Ver clara­mente la verdad sin engaños. Alimen­tarte con cosas espirituales: compa­ñía alegre, camaradería sin apegos, y practicando tu sensibilidad con mú­sica, buena lectura, naturaleza...

Poco a poco, ese corazón que era un desierto siempre lleno de sed in­saciable, se convertirá en un campo inmenso produciendo flores de amor por todas partes, mientras suena para ti una maravillosa melodía: has en­contrado la vida.
Piensa en uno de los pasajes del Evangelio en que Jesús, después de despedir a la gente, se queda solo. ¡Qué hermoso es ese amor! Sólo el que sabe independizarse de las per­sonas sabrá amarlas como son. Es una independencia emocional, fuera de todo apego y de toda recriminación, lo que hace que el amor sea fuerte y clarividente. La soledad es necesaria para comprenderte fuera de toda pro­gramación. Sólo la luz de la concien­cia es capaz de expulsar todas esas ilusiones y pesadillas en las que es­tamos viviendo y, con ellas, expulsar también los rencores, todas las nece­sidades y los apegos.
¿Cómo empezar? Llamando las co­sas por su nombre. Llamar deseos a los deseos y exigencias a las exigencias, y no disfrazarlas con otros nom­bres. El día en que entres de pleno en tu realidad, el día en que ya no te re­sistas a ver las cosas como son, se te irán deshaciendo tus ceguedades. Puede que aún sigas teniendo deseos y apegos, pero ya no te engañarás.
Aliméntate bien con placeres na­turales: disfrutando de la naturaleza, ejercitando los placeres del tacto, del oído, de la vista, del gusto, del olfa­to. Hay un mundo por descubrir des­de nuestros sentidos atrofiados. Te darás cuenta de que no hace falta otra cosa para ser mucho más feliz de lo que consigues ser ahora. Sentirte li­bre, autónomo, seguro de ti a pesar de reconocerte con todas las limita­ciones, o quizá por ello, porque has aceptado el ser sin límites que eres, pero con todas las formas mediocres en las que te desenvuelves. Sólo co­nectarte con la realidad te hará fuer­te y no necesitarás apoyos ni apegos.

Poder decir a tus amigos: "No pon­gas tu felicidad en mí porque yo pue­do morirme o decepcionarte. Pon tu fe­licidad en la vida y te darás cuenta de que, cuando quedas libre, es cuando eres capaz de amar." El amar es una necesidad, pero no lo es el ser querido, ni el deseo. El vacío que llevamos den­tro hace que tengamos miedo de per­der a las personas que amamos. Pero ese vacío se llena sólo con la realidad. Y cuando estás en la realidad ya no echas de menos nada, ni a nadie. Te verás libre y lleno de felicidad, como las aves.

2.6.07

Hembrismo, sumidero de desdicha


La degeneración
del feminismo


Comentamos hoy el libro El hembrismo: sumidero de la desdicha, escrito por Pablo Mirrell, un seudónimo colectivo que agrupa a los integrantes de la Asociación Granadina de Padres y Madres Separados. Allí se define al hembrismo, como una nueva actitud vital de algunas mujeres que se define a través de varias características poco halagüeñas:


  • a) cinismo sin límites, rasgo primordial de las hembristas, que nunca están dispuestas a reconocer un error;

  • b) resentimiento, característica asociada a la propia conciencia de la mezquindad de los planteamientos hembristas;

  • c) agresividad: las hembristas son polemistas, buscan la confrontación a toda costa y mantienen una actitud de acusación continua;

  • d) falta de escrúpulos y disposición para destruir los cimientos de cualquier relación sin valorar las consecuencias del desastre (por ejemplo, para los hijos), o para apuntarse a la nueva moda de la maternidad en solitario, sin importarles la semiorfandad del hijo;

  • d) despotismo, propio de personas convencidas de que siempre tienen razón mientras que todos los demás están equivocados;

  • e) feminismo a ultranza, plasmado en expresiones como "mi cuerpo es mío", "tengo derecho a realizarme", "el hombre nos oprime", etc.
Por supuesto, el hembrismo no es una actitud exclusivamente femenina, sino que también son frecuentes los varones que adoptan posiciones hembristas radicales y que se pondrán siempre del lado de la mujer, tenga o no razón, porque es la moda o, tal vez, como forma de sublimar su machismo latente: a fin de cuentas, los extremismos siempre acaban por darse la mano.